
Se pensaron que las letras de la incripcion que se encuentra en el acueducto de Segovia era de oro, pero con la mala suerte de que en realidad estaban hechas de bronze, pero se dieron cuenta demasiado tarde porque las letras ya las havian arrancado. Aunque quedaran los abujeros cuyas letras estaban enganchadas, el número de abujeros no concordaba. En 1996 el historiador alemán
Geza Alfóldy, había conseguido reconstruir la inscripción. Al final descubrieron el mensaje de esa inscripción y se dió ala luz que el que creyeron que fue el constructor del acueducto no era él. Estaban equivocados
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